Senos bellos y sanos
En ocasiones, las mujeres se olvidan de cuidar adecuadamente sus senos, siendo una parte tan importante de su estética y, sobretodo, teniendo un valor trascendente en su salud. La despreocupación por esta parte de la anatomía femenina lleva a que los senos se tornen flácidos antes de tiempo o que presenten una piel extremadamente reseca.
Es posible tener en cuenta algunas recomendaciones para proteger adecuadamente a los senos y lograr que los mismos se mantengan sanos y saludables a lo largo del tiempo. Por ejemplo, algo vital es evitar las constantes variaciones de peso, ya que la modificación en la forma de los senos atenta contra la fortaleza de los pectorales, los músculos sobre los que se apoyan.
Durante el embarazo, teniendo en cuenta que es natural el crecimiento de los senos en esta etapa, es preciso utilizar cremas lubricantes con elastina o productos que permitan mantener la suavidad y fortaleza de la piel. Algunos especialistas recomiendan aquellos realizados a base de placenta.
Cuando la mujer atraviesa el tránsito entre la madurez y la menopausia, se deben emplear cremas y lociones hidratantes para la piel del seno en forma diaria. La alimentación también es vital, debiendo consumir las dosis adecuadas de vitaminas, minerales, proteínas, grasas, carbohidratos y fibras. De existir un desequilibrio, esto podrá afectar la firmeza de los senos y la textura de la piel.
En el mismo sentido, es necesario evitar el abuso de algunos alimentos como chocolates, dulces o cremas, ya que los mismos son perjudiciales para la salud de los senos. De seguirse estas pautas desde la juventud, es muy probable que las mujeres puedan mantener óptimamente sus senos a lo largo del tiempo.
Es posible tener en cuenta algunas recomendaciones para proteger adecuadamente a los senos y lograr que los mismos se mantengan sanos y saludables a lo largo del tiempo. Por ejemplo, algo vital es evitar las constantes variaciones de peso, ya que la modificación en la forma de los senos atenta contra la fortaleza de los pectorales, los músculos sobre los que se apoyan.
Durante el embarazo, teniendo en cuenta que es natural el crecimiento de los senos en esta etapa, es preciso utilizar cremas lubricantes con elastina o productos que permitan mantener la suavidad y fortaleza de la piel. Algunos especialistas recomiendan aquellos realizados a base de placenta.
Cuando la mujer atraviesa el tránsito entre la madurez y la menopausia, se deben emplear cremas y lociones hidratantes para la piel del seno en forma diaria. La alimentación también es vital, debiendo consumir las dosis adecuadas de vitaminas, minerales, proteínas, grasas, carbohidratos y fibras. De existir un desequilibrio, esto podrá afectar la firmeza de los senos y la textura de la piel.
En el mismo sentido, es necesario evitar el abuso de algunos alimentos como chocolates, dulces o cremas, ya que los mismos son perjudiciales para la salud de los senos. De seguirse estas pautas desde la juventud, es muy probable que las mujeres puedan mantener óptimamente sus senos a lo largo del tiempo.