Ventajas y desventajas de la toxina botulínica A
Es sin dudas uno de los métodos más efectivos para combatir las arrugas. Sin embargo, la toxina botulínica tipo A tiene sus pros y sus contras. Vamos a descubrir cuales son sus características más importantes, empezando por algo de historia. ¿Sabías el origen de este elemento y de su uso en estética?.
En realidad, la toxina botulínica A fue tratada por primera vez en 1973 para tratar espasmos musculares permanentes (tics, estrabismo y tortícolis, principalmente). Su empleo en medicina estética se descubrió por casualidad, cuando un grupo de médicos de la Universidad de Vancouver (Canadá) atendía a una paciente con trastornos neurológicos.
En ese momento, los profesionales observaron que al infiltrar la toxina dentro del músculo, más allá que la misma tenía una acción positiva contra la patología en cuestión, las arrugas presentes desaparecían en forma instantánea. Es así que la aplicación de toxina botulínica tipo A provocó una revolución en la cirugía facial, al convertirse en una de las técnicas más interesantes para borrar arrugas sin necesidad de intervenciones quirúrgicas.
Entre sus principales ventajas pueden destacarse:
- Los resultados son delicados y naturales.
- Se puede realizar en cualquier época del año.
- No es peligrosa, ya que relaja el músculo en forma parcial.
- No altera la fisonomía de la cara ni los gestos, si está bien realizada.
- Luego de una hora de aplicada se pueden retomar las actividades cotidianas.
- No produce reacciones alérgicas.
- Se puede llegar a concretar una parálisis transitoria.
- Además, en algunos casos se pueden producir algunas reacciones transitorias, como el adormecimiento de la frente o los párpados, por ejemplo.