La fangoterapia y sus ventajas
¿Sabías que el fango o arcilla es una de las alternativas naturales más efectivas para recuperar y rejuvenecer tu piel? Actualmente se la combina con algas u otros elementos de origen vegetal, con el propósito de potenciar su impacto benéfico. La fangoterapia es un conjunto de técnicas cosmetológicas que viabilizan los beneficios de este producto natural sobre la piel.
Algunas de las propiedades más importantes del fango son las siguientes:
• Dinamiza la circulación sanguínea en las áreas tratadas.
• Potencia las terminales nerviosas implicadas.
• Logra una mayor tonificación del tejido conjuntivo.
• Crea mejores condiciones para la regeneración celular, algo vital en cuanto a la recuperación de la piel.
• Elimina restos de maquillaje y otros residuos acumulados a lo largo del tiempo bajo la epidermis.
Actualmente es posible hallar una gran cantidad de productos desarrollados con fango o arcilla en el mercado, pero también podemos crear mascarillas y cremas en el hogar de una forma mucho más económica, y sin ningún tipo de agregado artificial o comercial. Será asimismo una tarea divertida y nos aportará una gratificación extra obtener resultados positivos en la piel con un producto confeccionado en forma casera.
Vale tener en cuenta que las mascarillas de arcilla ofrecen resultados más rápidos en las pieles más grasas, debido a su mayor capacidad de absorción. Por el contrario, al aplicarse en pieles secas pueden generar cierta tirantez en un primer momento, pero con el paso del tiempo estos efectos desaparecen.
Se aconseja la aplicación de estas mascarillas de barro cada quince o treinta días, una frecuencia que podrá verse alterada si se necesita mejorar la imagen de la piel debido a una fiesta, evento u ocasión especial. Si sufres de acné o tu piel es excesivamente grasa puedes aplicar las mascarillas cada siete días a lo largo de dos meses, desarrollando un tratamiento con fines preventivos o curativos.
Imagen: deguapas.com
Algunas de las propiedades más importantes del fango son las siguientes:
• Dinamiza la circulación sanguínea en las áreas tratadas.
• Potencia las terminales nerviosas implicadas.
• Logra una mayor tonificación del tejido conjuntivo.
• Crea mejores condiciones para la regeneración celular, algo vital en cuanto a la recuperación de la piel.
• Elimina restos de maquillaje y otros residuos acumulados a lo largo del tiempo bajo la epidermis.
Actualmente es posible hallar una gran cantidad de productos desarrollados con fango o arcilla en el mercado, pero también podemos crear mascarillas y cremas en el hogar de una forma mucho más económica, y sin ningún tipo de agregado artificial o comercial. Será asimismo una tarea divertida y nos aportará una gratificación extra obtener resultados positivos en la piel con un producto confeccionado en forma casera.
Vale tener en cuenta que las mascarillas de arcilla ofrecen resultados más rápidos en las pieles más grasas, debido a su mayor capacidad de absorción. Por el contrario, al aplicarse en pieles secas pueden generar cierta tirantez en un primer momento, pero con el paso del tiempo estos efectos desaparecen.
Se aconseja la aplicación de estas mascarillas de barro cada quince o treinta días, una frecuencia que podrá verse alterada si se necesita mejorar la imagen de la piel debido a una fiesta, evento u ocasión especial. Si sufres de acné o tu piel es excesivamente grasa puedes aplicar las mascarillas cada siete días a lo largo de dos meses, desarrollando un tratamiento con fines preventivos o curativos.
Imagen: deguapas.com